Hacer teatro para un niño es jugar, divertirse, disfrazarse….
Pero a través del teatro se pueden trabajar otros muchos aspectos que permitan al niño reforzar su autoestima y confianza, vencer sus miedos, perder el sentido del ridículo, canalizar sus emociones… Al mismo tiempo que se trabajan valores como el respeto, el compañerismo, la resolución de problemas.
Ellos aprenden mientras juegan, abriéndose cada día a situaciones nuevas creadas por ellos mismos, creciendo en expresividad y comunicación.
