13 Dic LA HISTORIA DEL NIÑO QUE VIVIÓ AISLADO Y CON LOBOS, EN PRIMERA PERSONA
Los alumnos de 1º ESO y psicología de 2º bachillerato han tenido la suerte de conocer y escuchar a Marcos Rodríguez Pantoja, conocido por ser uno de los pocos casos documentados de ‘niños salvajes’ en España.
Con casi siete años, tras una infancia de maltrato y abandono y una etapa de aprendizaje con un pastor de la zona, tomó la iniciativa de vivir aislado en Sierra Morena durante quince años junto a una manada de lobos sin mantener contacto con humanos.
«Un día me metí en una lobera a jugar con cuatro cachorritos que vivían allí y me quedé dormido. La loba, al encontrarme, me despertó de un golpe, pero sin atacarme. El macho llegó con un ciervo muerto y la hembra comenzó a repartir la carne entre sus hijos. Yo traté de quitarle un pedazo, porque también tenía hambre y me pegó otro zarpazo. Cuando terminó de alimentar a sus cachorros, me miró y me tiró un trozo a mí. No quería tocarlo porque pensé que me iría a atacar, pero me lo fue acercando con el hocico. Lo cogí, lo comí y ella se me acercó. Pensé que me iba a morder, pero sacó la lengua y me empezó a lamer y a frotarse. A partir de ese momento ya era uno más de la familia. Íbamos a todos lados juntos».
Así ha comenzado su relato, tras pasar de puntillas por una infancia desgraciada y tan injusta para un niño. Pocas veces los alumnos han asistido a una charla que les dejara tan impactados. Es especialmente duro escuchar como sintió afecto y amor por primera vez en su vida en esa lobera, gracias a la aceptación de la manada y especialmente de la que se convertiría en su madre adoptiva.
Marcos no pasó hambre gracias a los lobos, aprendió a pescar y a subsistir con lo que la naturaleza le ofrecía. Destacaba por dos habilidades de aprendizaje que pretendemos también trabajar e infundir a nuestros alumnos: la observación y el respeto (a uno mismo, a los demás y al medio ambiente).
A los veinte años todo eso terminó, y tuvo que cambiar un mundo por otro. Encontrado por la Guardia Civil, Marcos fue reinsertado en la sociedad. Pasó un tiempo con monjas y sacerdotes que le enseñaron nuevamente a hablar, vestirse, comer con cubiertos y caminar erguido.
Algunas desventuras posteriores en nuestra sociedad seguro que le hicieron echar de menos la naturaleza, la generosidad y la felicidad de muchos de aquellos momentos.
El escritor Gabriel Janer narra la historia de Marcos Rodríguez en su obra ‘He jugado con lobos’. También se ha basado en la experiencia real de Marcos la película ‘Entre lobos’ de Gerardo Olivares. En 2012 el mismo director lanzó el documental «Marcos, el lobo solitario».