16 Dic Espectacular experiencia inmersiva en nuestro Retablo de Navidad
Superarse cada curso es una de las máximas de nuestro Colegio. Ya no es cuestión de mantener el nivel, sino reinventarse para seguir sorprendiendo. Solo hay que ver la escenografía que simulaba una catedral con rosetón y vidrieras incorporadas en el patio de butacas, y que ha convertido la obra en una experiencia inmersiva. No ha faltado ni el olor a incienso.
Este fin de semana de diciembre se recordará como el de la 65.ª edición de nuestro Retablo de Navidad, primera con Fátima Moraleda y Julio Hidalgo en la dirección. Las ideas surgidas estas semanas han tenido un respaldo sobresaliente en los departamentos de escenografía, música, bailes, vestuario y dirección de actores.
Los alumnos, de 3 a 17 años, que han participado en cualquiera de las facetas de este Auto de Navidad, han tenido una ilusión y un compromiso digno de elogio. Lo que sucedió en cada una de las tres funciones tiene mucho que ver con esa responsabilidad que se contrae cuando vas a formar parte de un evento como es El Retablo de Navidad. No lo vemos, pero lo sabemos. En cada casa, especialmente en las de los alumnos de Infantil y Primaria, ha habido sesiones de ensayo de frases, sí, esas con las que nuestros hijos participan. El éxito comienza ahí, con la ayuda de los padres en los ensayos en el salón de casa y el cuidado en el vestuario. Gracias a ellos porque una parte importante del éxito radica en esos pequeños detalles.
El viernes, dos horas antes de la función, el Colegio era ya un hervidero de preparativos con romanos, pastores, angelitos, músicos o miembros del coro compartiendo pasillos con el pensamiento ya en la primera de las tres funciones, algo para lo que llevaban ensayando desde hacía semanas.
Esperamos que esa ilusión que ellos han tenido se haya contagiado a cada uno de los espectadores y lo hayan disfrutado como nosotros.